Por Felipe
Enero Segovia
Estudiante de
Lic. En Estudios Internacionales
Universidad
de Santiago de Chile
Introducción
Las contradicciones
estructurales manifiestas y latentes en el país y el incendiario debate acerca
de la necesidad o no de realizar una Asamblea Constituyente, requieren con
prontitud aclarar algunos aspectos claves de este tipo de proceso
constituyente. La Asamblea Constituyente ha demostrado ser exitosa para la
profundización de la gobernabilidad democrática en múltiples casos, cuando su convocatoria
y diseño se realiza conforme al acuerdo entre el Ejecutivo y las principales
fuerzas políticas del país, y su
producto, es decir la Nueva Constitución, consagra un equilibrio efectivo de
poderes. Con los resultados de las elecciones generales del pasado domingo 17
de noviembre, el País está en condiciones de llevar a cabo un gran acuerdo
Nacional. La super-mayoría obtenida por el pacto opositor en ambas cámaras; las
declaraciones a favor de una Asamblea Constituyente de los candidatos
presidenciales[i] [ii]
que reunieron a cerca del 70% del electorado; la disposición de algunos
personeros de la derecha como Ossandón y Horvath[iii]
y del centro[iv] de
aceptar un proceso de este tipo, abren las puertas a diversos escenarios que
serán presentados a continuación.
1. Una
crisis latente
El actual panorama
político Nacional se caracteriza por la agudización de contradicciones
estructurales, algunas endémicas en la Región[v]
y otras de especial peculiaridad en Chile, es decir, por una progresiva crisis
de legitimidad política; una creciente conflictividad social; y por la
existencia de una economía con múltiples aristas de alta fragilidad.
La primera característica se refleja en los
resultados de la Encuesta Nacional UDP del segundo semestre del 2003[vi],
la cual afirma la existencia de una progresiva desafección ciudadana con los
partidos políticos y el congreso (fenómeno corroborado con la baja
participación electoral del pasado domingo[vii]);
una alta valorización social de la intervención Estatal en asuntos económicos y
sociales; y un mayoritario apoyo a la redacción de una Nueva Constitución. El
segundo punto se advierte conforme a la multiplicación, diversificación y
masificación de la protesta social en los últimos años; así como a la tendencia
de democratización interna e independización de los principales movimientos
sociales respecto a la cooptación gubernamental[viii].
A su vez, la fragilidad económica se manifiesta al observar la relevancia de
los commodities y las actividades financieras en el PIB y en el comercio
exterior, -sectores afectados por la reducción de precios en el mercado externo[ix]
y a la especulación bursátil respectivamente-; una alta concentración de la
riqueza; y el importante papel que juega el crédito en el consumo privado[x].
Estos tres factores estructurales, unidos a la
contingencia de un gobierno con escaza capacidad de solucionar conflictos y realizar concesiones,
explican en gran medida el transversal discurso
reformista que han instalado las fuerzas políticas del país en las pasadas
elecciones. Más allá de la diversidad ideológica y programática, si sumamos a
los candidatos que manifestaron la necesidad de elaborar un Nuevo Pacto Social,
cerca del 72% del electorado se manifestó a favor de dicha opción.
2. Asamblea
Constituyente: ¿desenlace radical de la crisis?
De acuerdo al experto Constitucional Yash Ghai[xi],
las nuevas constituciones marcan el comienzo de una nueva época para muchas
Naciones, debido a que buscan expresar la hegemonía de nuevas fuerzas sociales;
redistribuir los poderes y recursos de un país; enriquecer y reforzar la unidad
e identidad Nacional; promover la educación cívica; el conocimiento y respeto
por la Constitución y las leyes; identificar nuevos objetivos y valores
Nacionales tales como la democracia y la igualdad; y mejorar la legitimidad y
confianza ciudadana en las instituciones.
Cuando las
Nuevas Constituciones son creadas mediante Asambleas Constituyentes en donde
prima la representatividad y el consenso de y entre las diversas fuerzas
políticas y sociales, con canales efectivos de participación ciudadana, y con
la perspectiva de inaugurar un Nuevo Marco Constitucional con equilibrio de
poderes, el resultado ha tenido amplios efectos positivos para la
gobernabilidad democrática[xii].
En ese marco, cabe precisar que si bien
las Asambleas Constituyentes son por esencia expresión de la voluntad
constituyente originaria, -es decir del pueblo-, están conformadas por Partidos
Políticos y rigurosamente normadas. Este aspecto pragmático yace reducidamente
abordado en el debate actual, el cual, bajo la influencia de la élite
conservadora, más bien pone sobre la
palestra supuestos elementos “anárquicos y disruptivos”, infundados conforme a
la experiencia internacional.
Algunos elementos claves de las Asambleas
Constituyentes que pueden ser pactados previamente entre las principales
fuerzas políticas y sociales son:
a. Los mecanismos de representación y participación
ciudadana: En este aspecto, cabe mencionar el tamaño de la Asamblea
Constituyente y el sistema electoral que regirá la elección de asambleístas
(grado de proporcionalidad); los mecanismos de discriminación positiva a favor de
sectores en posición de poder desigual, tales como las mujeres y las minorías
étnicas; y los mecanismos de intervención
de la ciudadanía, la sociedad civil y los expertos. A modo de ejemplo, la
Asamblea Constituyente Brasileña estableció el mecanismo de las “Enmiendas Populares”,
las cuales debían contar con 30.000 firmas para su inserción en el debate
constituyente.
b. Los procedimientos de deliberación: Dice
relación con los procedimientos para conformar comisiones temáticas; conformar
bancadas; el grado de transparencia o confidencialidad de las discusiones (de
particular importancia en debates álgidos relativos al rol del Estado en la
economía y el carácter Nacional o Pluri-Nacional de este); y los plazos para
discutir cada temática. Una asamblea constituyente exitosa dura cerca de un
año.
c. Los procedimientos para la toma de decisión e
implementación: Este aspecto guarda relación con los criterios y quórums para
aprobar los contenidos del texto (la experiencia internacional sugiere
priorizar el consenso, pero en su defecto, que se adopten las decisiones bajo
la regla de la mayoría absoluta para evitar sobre-representación de minorías) y
los organismos y plazos pertinentes para la implementación de la Nueva Carta
Magna.
3. Escenarios
Constituyentes
En materia constitucional, el programa de la Nueva
Mayoría[xiii]
señala que están las condiciones para iniciar un nuevo ciclo político,
económico y social en el país. Para impulsar este nuevo ciclo, sería necesario
un nuevo Marco Constitucional que garantice derechos, prestigie la política por
medio de mayores y mejores canales de representación y participación, que
establezca un nuevo sistema electoral de carácter proporcional y que abra
oportunidades de mayor desarrollo económico mediante la innovación y la
promoción de la ciencia y la tecnología.
El programa señala que si bien, los contenidos de
la Nueva Constitución serán “definidos por el pueblo en su conjunto”, se pueden
identificar ciertos contenidos básicos e innovadores respecto de la actual Constitución,
que son necesarios para el desarrollo de este Nuevo Ciclo, tales como el
establecimiento de un Estado social y democrático de Derecho; la consagración
de los derechos y libertades colectivas e individuales, los derechos sexuales y
reproductivos y la igualdad efectiva entre hombres y mujeres; la consagración
de la función social del derecho de propiedad;
el establecimiento de un sistema electoral proporcional y la eliminación
de los quórums mega-mayoritarios; y la elección de las autoridades ejecutivas
regionales con mayores potestades.
En ese
sentido, el programa establece que el Proceso Constituyente deberá ser
Democrático, Institucional y Participativo. Se puede deducir entonces que: 1)
Deberá iniciarse conforme a un indicador de voluntad popular, -como el resultado
electoral del pasado domingo-, y bajo un
consenso entre las principales fuerzas políticas y sociales; 2) Bajo el
precepto anterior, el proceso constituyente será plenamente Institucional ya
que se circunscribirá en principios y normas
consagrados por la doctrina jurídica, como el principio del poder constituyente
originario y el principio de autodeterminación de los pueblos, este último
consagrado en el derecho y la práctica Internacional; y 3) Deberá establecer
canales o “inputs” de participación ciudadana.
En virtud de estas premisas programáticas de gran
plasticidad, y por ende, sujetas a interpretación y operacionalización de
acuerdo al curso de los acontecimientos; las diversas posiciones existentes
dentro de la Nueva Mayoría; y las recientes posiciones adoptadas por dirigentes
sociales, ex candidatos presidenciales y personeros de la derecha, se pueden
inferir tres escenarios probables, cuyo desarrollo y desenlace tendrá puntos
críticos, como el actual periodo previo a la segunda vuelta, y la tramitación
de las Reformas Educacionales y Tributarias.
a. Nueva
Constitución desarrollada mediante Comisión Constitucional
En este escenario el Gobierno, la Nueva Mayoría y
los sectores blandos de la derecha lograrían un acuerdo para conformar una
Comisión Constituyente en el parlamento que estaría encargada de redactar una
propuesta de Nuevo Texto Constitucional, el cual, conforme a la doctrina y la
experiencia comparada, deberá ser ratificado mediante plebiscito. Este
escenario constituye una salida elitista a la crisis de legitimidad política
que vive el país, ya que constriñe el debate ciudadano, podría instalar un
sistema electoral proporcional de altísima barrera de entrada (como lo que
ocurre con la elección de CORES[xiv])
y resguardar el carácter subsidiario del Estado. Este escenario es poco
auspicioso debido a la férrea oposición que llevarían a cabo los parlamentarios
que han suscrito el compromiso de impulsar la Asamblea Constituyente, así como
el Movimiento Social. Más aun, este desenlace es crítico tomando en
consideración el volátil escenario que debe visualizar la Nueva Mayoría sin
Michelle Bachelet el 2017.
b. Nueva
Constitución desarrollada mediante Asamblea Constituyente
En este escenario el Gobierno, la Nueva Mayoría y
los sectores blandos de la derecha generarían un acuerdo para convocar y
establecer una asamblea constituyente. Dicho acuerdo, probablemente incluiría
los siguientes criterios: 1) La elaboración de un ante proyecto constitucional
que serviría de base para la discusión, y como modo de pre-consensuar ciertos
puntos críticos como el carácter del Estado y su rol en la economía. Lo ideal
sería dotar al Estado con la capacidad de emprender actividades económicas
resguardando el derecho de propiedad; 2) La definición previa del sistema
electoral de elección de constituyentes, el cual deberá establecer el tamaño de
la Asamblea Constituyente, el grado de proporcionalidad y criterios de
discriminación positiva a favor de las mujeres y las minorías étnicas. Probablemente
sería un sistema electoral similar al que se está consensuando entre la Nueva
Mayoría y RN, que establece una barrera de entrada de entre un 10 a un 5%; y 3)
La elaboración de una normativa de funcionamiento de la Asamblea Constituyente,
la cual establecería los mecanismos de conformación de la directiva de la
asamblea, la conformación de las diversas comisiones, los quórums de
aprobación de los contenidos
constitucionales y los inputs de participación ciudadana y de expertos.
c. Crisis
Política con desenlace incierto
Desde un enfoque de teoría de la acción racional es
el escenario menos probable debido a que, las crisis de legitimidad e
incertidumbre política, en progresivo aumento en Chile de acuerdo a los más variados
y prestigiosos estudios, aumentan en demasía los costos subjetivos y objetivos,
tanto para las principales fuerzas políticas como económicas. En este escenario
no habría acuerdo entre el Gobierno, la Nueva Mayoría y la derecha blanda para
generar un Nuevo Marco Constitucional. Los principales puntos del programa de
la nueva Mayoría se verían truncados frente a los altos quórums de aprobación
legislativa, denegados por la derecha, provocando un radical aumento de la
protesta social y de la desconfianza ciudadana en las Instituciones y el
Sistema político. Este escenario puede tener un desenlace populista, que pueden
ser tanto progresistas como derechista, con los costos que ello implica en
cuanto a concentración del poder político en el ejecutivo y el despliegue de
plataformas económicas insustentables en el mediano y largo plazo.
Conclusión
Como se puede apreciar, el país vive en una latente
crisis estructural que no encuentra solución en el actual marco normativo
carente de legitimidad de origen, con enclaves autoritarios, y
sobre-ideologizado en lo económico. Es necesario refundar el Pacto Social. Las
Asambleas Constituyente no son órganos difusos y radicalizados, sino que
expresan la correlación de fuerzas políticas y sociales existentes en una
contingencia determinada. Tras los resultados de las elecciones del domingo,
están las condiciones para impulsar un Nuevo Ciclo. Una de las tareas
principales de la probable futura Presidenta y el nuevo Gobierno radica en
impulsar con prontitud, un diálogo político y social que permita instalar una
Asamblea Constituyente y avanzar por la senda de un desarrollo más inclusivo y
democrático, frenando las tentaciones populistas y autoritarias.
[i] http://www.soychile.cl/Valdivia/Policial/2013/06/07/178938/Franco-Parisi-se-mostro-dispuesto-a-modificar-la-constitucion-politica-a-traves-de-una-asamblea-constituyente.aspx
[ii] http://www.latercera.com/noticia/politica/2013/11/674-552222-9-enriquezominami-se-impone-a-parisi-y-busca-capitalizar-tercer-lugar.shtml
[iii] http://www.lanacion.cl/horvath-estoy-disponible-para-reforma-constitucional-y-no-temo-a-la-ac/noticias/2013-11-19/225401.html
[iv] http://www.cooperativa.cl/noticias/pais/politica/elecciones/alejandra-sepulveda-no-le-tengo-temor-a-una-asamblea-constituyente/2013-11-18/124953.html
[v]
PNUD (2008), “Escenarios políticos en América Latina: Concepto, métodos y
observatorio Regional”. Ed.
Siglo XXI, New York.
[vi]
http://www.encuesta.udp.cl/wp-content/uploads/2013/10/PPT-Encuesta-ICSO-UDP-2013.pdf
[vii]
De acuerdo a los datos entregados por el Servicio Electoral, solo el 50% del
electorado acudió a las urnas. http://www.servel.cl
[viii]
Mella Polanco, Marcelo, Berríos Silva, Camila, (2013) “Gobernabilidad,
democratización y conflictividad social en Chile: escenarios posibles para un
nuevo equilibrio”. Revista Polis. Visto el 20 de noviembre del 2013 en http://polis.revues.org/9149
[ix] http://www.americaeconomia.com/negocios-industrias/alerta-en-chile-por-eventual-fin-de-precios-altos-de-commodities
[x] http://interwp.cepal.org/cepalstat/WEB_cepalstat/Perfil_nacional_economico.asp?Pais=CHL&idioma=e
[xi] Ghai,
Yash (2006), “La Asamblea Constituyente en la elaboración de la Constitución
Política”. International Institute for Democracy and Electoral Assitance IDEA,
Sweden. Visto el 20 de noviembre del 2013 en
http://www.idea.int/americas/upload/Yash_Ghai_Constituent_Assemblies_Spanish_final_text_for_workshop_17july06.pdf
[xii]
Tras finalizar el trabajo de las respectivas Asambleas Constituyentes, variados
países vivieron periodos de estabilidad institucionalidad históricamente
inéditos. Algunos de estos países habían padecido endémicos fenómenos de exclusión
social e intervencionismo militar (Brasil, Bolivia y España), alta volatilidad
electoral (Ecuador) y conflictividad social (Colombia).
[xiii]
http://michellebachelet.cl/programa/
[xiv] Para
mayor detalle sobre Ingeniería Electoral, consultar en Nohlen Dieter, (2004)
“Sistemas Electorales y Partidos Políticos”. Ed. Fondo de Cultura Económica,
España.
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